¿En qué consiste un viaje de incentivo?
Un viaje de incentivos es un tipo de evento de empresa que combina a la perfección placer y trabajo. Por un lado, se trata de recompensar a los trabajadores por el esfuerzo realizado pero, al mismo tiempo, sirve para plantear y dinamizar nuevos objetivos.
Su función principal es motivar a los trabajadores y, como se desarrolla en un entorno distinto al habitual, permite esa relajación tan necesaria dentro del ambiente laboral. Los viajes de incentivos, al igual que las sesiones de cohesión de equipos, se tienen que planificar con todo detalle: visitas, conferencias, demostraciones, sesiones de team building, actividades deportivas o de aventura, nuevas experiencias, diversión y relax van de la mano.
¿Qué ventajas tiene un viaje de incentivos?
Un viaje de incentivos es una de las técnicas más utilizada por las empresas para motivar a sus trabajadores. Es una actividad planificada y diseñada para motivar a las personas a lograr los objetivos predeterminados por la empresa. Desde hace muchos años, los empresarios han descubierto que los viajes de incentivos son un buen sistema para fidelizar clientes, motivar a equipos de ventas, cohesionar departamentos y promover ventas.
En todos los casos, el objetivo buscado es crear una relación estrecha entre las personas que participan y fomentar los valores asociados a la empresa. Está demostrado que los trabajadores o clientes adquieren un mayor compromiso con la empresa tras una experiencia inolvidable.
¿Qué aportan a la empresa los viajes de incentivos?
- Fideliza a clientes.
- Incrementa las ventas.
- Se cierran acuerdos comerciales.
- Mayor motivación del personal.
- Mejora de la comunicación y fomento de las relaciones interpersonales.
- Incentiva a los trabajadores para lograr los objetivos propuestos.
- Fomenta el trabajo en equipo.
- Genera nuevas experiencias que nunca se olvidan.
Caso práctico: un gran premio para un gran esfuerzo
Una empresa del sector de TI, nos pidió organizar un viaje para todos aquellos trabajadores que cumplieran los objetivos anuales planificados por la empresa. En este caso, y teniendo en cuenta las necesidades y objetivos de la empresa, el destino escogido fue Sudáfrica, donde se combinaron actividades muy variadas: paseos en bicicleta o en caballo, inmersiones en jaula para ver tiburones, visitas a poblados indígenas, degustación de vinos… Todo ello unido a la oportunidad de disfrutar del paisaje, la fauna, la flora y la emoción de haber realizado un viaje diferente. La sorpresa fue grande… y las vivencias también.
